La ONU y la OEA son la muestra más alta y sostenida de promiscuidad terminal, de barbarie y de miseria. Piénsese si no en estos falsificadores y cuatreros entrando al basural, entre zánganos y moscas, con urnas repletas de votos populares, al abrigo de la noche pestilente. Piénsese si no en los zamuros del Consejo de Seguridad revoloteando afiebrados por la paz, la democracia y el respeto. Piénsese si no en los cuervos y bestias del Departamento de Estado bullendo y graznando por lo mismo, mientras el pueblo más devastado de la Tierra lo grita a todo grito por las calles de caseríos y poblados bajo las balas de los cascos imperiales y la muerte. Piénsese si no en tantos siglos de rapacidad colonial y de barbarie y en esta humanidad a flor de piel, invadida, saqueada, y malherida hasta los huesos, que está saliendo a todo, y desafiando todo, por su vida. Eduardo Dalter Buenos Aires, 16 de febrero, 2006 |