La poesía
salvará a la
humanidad

Poesía, arte y literatura

-nos queda la palabra-

La poesía es un arma
cargada de futuro.


Gabriel Celaya 

Estamos muy próximos
a lo grande,
cuando somos
grandes en humildad
.

            
Rabindranath Tagore

ESTE AMOR

Adelante, Medellín



 

Adelante, Medellín

 

“Desde el vientre de la noche larga y oscura

en la cual la luna canjeó el puesto con la muerte,

la muerte no ha clausurado la memoria del amor.”

 

   

Inmerso en su impotencia, atento a la razón del tiempo, en busca de la medida humana, de su propia medida, el hombre, en su vertiginosa aventura, descubre la dimensión poética, creadora, que lo define, asiste y obliga a inventarse cada día. Medida de todas las cosas, en su permanente necesidad de proyectarse, a través de su vocación existencial, apela a la creación espiritual, a la poesía, como un acto de fe en sí mismo, en la palabra y en la vida. Al pie de la derrota y de la muerte, enarbola la esperanza, se reinventa en la poesía, puente de comprensión y solidaridad tendido de hombre a hombre, de pueblo a pueblo. Accionista de la nueva, antigua, eterna Poesía, Sociedad Anónima,  con el poema —alma de la tierra— camina tras la nueva aurora.

La poesía es hambre de realidad. El acto mediante el cual el hombre se funda y revela a sí mismo es la poesía. La poesía es metamorfosis, cambio, operación alquímica, y por eso colinda con la magia, la religión y otras tentativas para transformar al hombre y hacer de “éste” y de “aquél” ese “otro” que es él mismo. La poesía no es nada sino tiempo, ritmo perpetuamente creador. (Octavio Paz). La poesía lírica es un territorio en el que cualquier afirmación se hace verdad. El poeta lírico no está obligado a demostrar nada; la única demostración es el patetismo de la vivencia, porque lírico es aquel que muestra su autorretrato al mundo, llevado por el deseo de que su rostro, pintado sobre la tela del verso, sea amado y endiosado. (Milan Kundera). La poesía es conocimiento por excelencia, incomparablemente: conocimiento - experiencia y conocimiento - emoción... conocimiento, germen de una obra. (Jacques Maritain). Un alma inaugurando una forma. (Pierre-Jean Jouve). La virtualidad del poema consiste en producir en el lector una conmoción de elementos de conciencia profunda igual o semejante a la que fue el punto de partida de la creación. (Dámaso Alonso).

La imaginación es más importante que los conocimientos.(Albert Einstein). El conocimiento de la vida psíquica consciente tiene su clave en la región del inconsciente. (C. G. Carus). El inconsciente es la raíz del ser humano. El hombre no puede permanecer mucho tiempo en el estado consciente; debe resumergirse en el inconsciente, porque allí vive la raíz de su ser. (J. W. Goethe). Lo que es más poderoso en el poeta, lo que insufla en sus obras un alma buena o mala, es el Inconsciente. (Jean-Paul).

El síntoma de un gran poeta es contarnos algo que nadie nos había contado, pero que no es nuevo para nosotros. Diríase que llevamos dentro, inadvertida, toda futura poesía, y que el poeta, al llegar, no hace más que subrayarnos, destacar a nuestros ojos lo que ya poseemos. Ello es que el descubrimiento lírico tiene para nosotros un sabor de reminiscencia, de cosa que supimos y habíamos olvidado. Todo gran poeta nos plagia. (José Ortega y Gasset). Los poetas son subversivos por naturaleza y culpables de querer extender el campo de la poesía a costa de la vía pública. (Gérard de Nerval). De los poetas, a pesar de todo, en la continuidad de los siglos, es posible y permitido esperar impulsos capaces de reubicar al hombre en el corazón del universo, de abstraerlo un segundo de su aventura disolvente, de recordarle que, para todo dolor y toda alegría externos a él, existe un lugar indefinidamente perfectible de resolución y eco. (André Breton). Las pruebas dadas por los poetas son sencillamente que la vida, que la muerte, que el sufrimiento y la miseria, el amor, la ira, el aburrimiento, la lasitud, el sacrificio, la soledad, lo desconocido, el misterio, la fatalidad, la suerte, la libertad existen. (Benjamín Fondane).

La poesía, si vamos a su esencia,  tiene que ver con esa condición de ser hombre, que aún no alcanzamos. Poesía es vida. La vida de una humanidad que da vida al hombre y que no lo sepulta. Verso es todo suspiro que el hombre deletrea ante aquello que lo conmociona y asombra. Poema es el vivir del hombre cuando no hiere de muerte la vida. Algo que transcurre anónima y silenciosamente, como el crecimiento de una planta,  la combustión de una estrella, el paso de la neblina a la llovizna. No ha nacido aún el hombre-poesía. Aún no hemos llegado a ese estadio del hombre en el cual se hace hombre-poesía de verdad. No es que nazca un poeta, es que de pronto en ese corazón, la poesía que está en cada uno de los habitantes de este planeta, se vuelve verbo en su garganta. Y nace un poema, que no es hechura de un hechizo, sino laborioso andamiaje de un sueño colectivo que adquiere el arrebol  de un atardecer único e insustituible. No se trata de convertirnos en poetas sino de avanzar hacia la condición de ser hombres. (Mery Sananes).

A mantener abierta la palabra. A reinar sobre la muerte. A sentir juntos. A sacar la flor de la ceniza. A vigilar mientras los otros duermen. A servir entre la lluvia. A apuntalar el sueño. A unir lo posible con lo imposible. A salvarnos de la muerte.  A hacer más vivo el vivir. A la vida. A limpiar el poder cuando corrompa. A cambiar la vida. A afilar el verso. A alentar el alba. A la fidelidad del relámpago. A la memoria del pueblo. A la salvación del hombre. Al asombro antiguo. A la antigua sombra. A descubrir los secretos de los dados. A llevar el infinito a cuestas. A salir de la mirada. A alumbrar la maravilla. A todos los caminos. A despertar a latigazos el silencio. A defender el milagro de la vida. A amar el mundo. A rodear este esfuerzo. A amar al otro.

A pisar días, instantes caminados. A pisar los pensamientos de la sombra. A pisar la sombra en busca de un instante.

A pisar fuerte este verano.

¡Adelante, Medellín!

 

 

Pablo Mora

 

San Cristóbal, Táchira, Venezuela.

En ocasión del XVI Festival Internacional de Poesía de Medellín.

Sábado, 24 de junio de 2006.

 



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