A todos los seres que sufren
la injusticia, la esclavitud y el desamparo. Si te dicen que caí, sí
caí, con los que ven sus músculos
desfallecer por la inanición
caí, con la sonrisa estrangulada de los niños
que vieron caer las bombas y
brotar la sangre de
entre sus cuerpos
con los últimos haces de luz, caí
como cae el día
y brota el llanto
en estas auroras sin consuelo como un toro se desploma
envuelto por el azufre
de los graderíos, caí
pero caen las estrellas en
el firmamento
y tú -hada de la madrugada-
aún
calientas nuestra esperanza. Fernando Bellido
Granada, 20 de febrero de 2007 |