a Fernando Bellido Y el amanecer se hizo embustería en la orfebrería de tus versos y la mañana le devolvió refulgente al sol su camisa de luz y las aguas se detuvieron solemnes sobre la fuente para regalarle su remanso a la sed de los ruiseñores.
II
Quién con un arma tan poderosa como la tuya en dorso de la vida al galope del suspiro en intrincada conjugación de futuro no ha de bordarle candiles a la noche desplegar inciensos en los molinos de pan abrirle surcos de flor a la desesperanza
III
La poesía no es más que un persistente ejercicio de vida ante un vasto tapiz inconcluso que se enhebra con la fosforescencia de los luceros que quedan atrapados en las pupilas de asombro de los niños de uva y olivar
IV Por eso basta recomponer las palabras rotas para que los atardeceres se vistan de arcoiris y basta que los hombres se reconozcan a sí mismos en el vuelo migratorio de los espejos de agua para que recobren la dimensión de su itinerario de gigantes en tareas de confiterías mery sananes Enrique Granados / Andaluza / De Danzas Españolas http://www.epdlp.com/asf/granados1.wmv |