Amo los imposibles porque soy de una estirpe perdida
Amo tu cintura como se ama una embriaguez lasciva
de la que no se abdica
y tu boca y tus ojos y tus manos y tus pies y tu sexo
porque sé que pertenecen al desvarío
Amo la conjetura que te lacera la incertidumbre que te
abate
Cada mañana salgo a la calle con tu vientre a cuestas
y es inútil intentar desprenderme de su olor a enredadera
y de la inmensa fiebre con que trepa por mi vida
Amo los imposibles porque son verdaderos y tangibles
cercanos y sedientos
y cada vez más nuestros.
GUSTAVO PEREIRA
De Poesía selecta