Estas calles se ejercitan con mis pasos.
Salgo a su sombra cada noche,
con la infancia recogida
en los bolsillos de mi abrigo.
Total, poco me importa
salir cuando el sol, resonante,
doblega la impronta del silencio.
Los otros instantes de luz
naufragan en la cotidianidad de mi vicio:
Guerra de sudor y miedo.
Estas calles se ejercitan
con mis pasos,
las llevo tatuadas como flores chinas:
Lotos flotantes en la perpetuidad de mis recuerdos.
Estas calles me transitan
y en la lascivia de sus muros
y la sordidez de su asfalto,
se va agotando mi vida.
Soy estas calles
que con el atardecer
lloran.