Llama y Rescoldo Te quiero, te dije esa noche y parece que tú también me querías. Besaba tu boca jugosa y tú también besabas la mía.
En el bosque cantaba un zorzal ávido, llamando a su hembra y ella, haciendo oídos sordos seduciendo a otro, no le respondía.
Te quiero, te dije esa noche y parece que también me querías. Eras rescoldo de una fogata y yo, todavía una llama viva.
El zorzal que cantaba en el bosque volando entristecido buscaba a su hembra y ella sin escuchar sus tristes lamentos arrullando a otro montaba su nueva vida.
Te quiero, te dije esa noche y parece que tú también me querías. El zorzal se desvaneció en ese rescoldo y nadie en el mundo se enteró de su ida.
Abel Samir |