Un Conejo cruza el horizonte como una flecha -eso también lo sabe el Sombrerero Loco-.
Hay un acertijo que resolver. Salgo en su busca al País de Las Sombras: Sigo al Maestro de Ceremonias.
Atravieso un inmenso tablero donde todo transcurre al revés; evito jugar al croquet con la Reina.
He llegado al centro de su historia -si es que esa historia puede tener centro- guiado por la sonrisa del Gato: Allí lo descubro.
Yace recostado en un trono invisible, cientos de naipes le hacen reverencias, Grifo y Pájaro Dodo le sirven el té.
Duerme... Temo despertar al Matemático; tal vez si lo hiciera, el Mundo dejaría de existir. Pero mi incertidumbre es mayor que mi prudencia:
-¿Dónde está la Verdad? ¿La de mi vida, de estos seres? Silencio... Entreabre los párpados y susurra.
Sus palabras forman extrañas vocales de niebla que ejércitos de niños aún por nacer recogen en el hueco de sus manos.
-Siempre ha estado dentro de ti Ella es una Flor Eterna... Yo soy sólo un soñador soñando un sueño.
*De Ray Respall Rojas. La Habana. Cuba.
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