Hasta tu
cama
entran,
tensos, de
esquina,
por tu piel,
y por allí
te andan,
quiebran
tus
cerrojos;
los hechos,
las manos,
las voces.
*
Como a cada
beso lo
borra
el viento
que sopla y
sopla,
ella pocea y
pocea la
arena,
pareciera,
con más
fuerza;
es el viento
húmedo,
poceado,
que escribe,
escribe,
escribe.
*
Dejá que
entre la
luz,
dejala que
entre,
que se
acomode,
que abra su
valija;
no vayás a
echarla;
dale de
comer;
dejá que
ande por la
casa.
*
Amor marcado
de estos
años.
A pesar de
todo
vuela,
vuelve.
Tibio es él;
a prueba es
él.
Memorioso,
dúctil
y carnívoro.
El da la
hora
de esta
hora.
*
Pasás
ladeada,
vida;
depende el
barrio.
O
acariciando
con un ala,
o dando
fuerte con
el pico.
No pasás
derecha,
vida;
vos planeás,
planeás.
*
Hermosura
que te
busco;
electricidad
que es
hermosura;
hermosura de
una mano
en otra
mano; de un
cuerpo
en otro
cuerpo; de
una letra
que con
otras es
palabra;
palabra que
te busca, me
busca.
La oscuridad
no es cosa
nuestra.
*
Por la calle
fría
un hombre va
metido en sí
hasta la
médula
como
representando
poemas de
Vallejo,
cruza la
avenida,
tose
y se pierde
entre la
gente.
Eduardo
Dalter